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CONCLUSIÓN

Es importante resaltar que el  concepto de educación superior inclusiva es relativamente nuevo en Colombia, motivo por el cual su comprensión e implementación requiere de un debido proceso de sensibilización hacia la comunidad educativa, para así lograr el objetivo de promover una cultura inclusiva.

Partiendo del análisis de los conceptos de la Universidad Sergio Arboleda, Universidad Santo Tomas, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad central y Fundación Universitaria Los libertadores, resalta en algunos casos la clasificación presente en el discurso normativo en torno a la Inclusión Educativa. Se logró evidenciar cómo la  normativa en torno a la Inclusión Educativa en Colombia expresa un especial ahínco en la discapacidad, mostrando ésta como la dificultad que tiene esta población para desarrollar determinadas actividades.

Del mismo modo, se observa que los docentes deben tener mayor formación y desarrollo profesional sobre la educación hacia las personas con discapacidad, ya que la mayoría de ellos no se sienten capacitados para educar a este grupo poblacional; por otra parte se describe el papel social que tiene la institución, en el derecho de igualdad y el manejo del concepto de diversidad.

Si lo deseado es que esta educación inclusiva funcione como proyecto primeramente institucional y por consiguiente nacional, es de vital importancia que los encargados de formular, implementar y ejecutar las políticas públicas de educación tengan un acuerdo mínimo de la misma.

Tenemos una barrera y debemos derribarla  transformando culturas, prácticas y políticas. Se puede dar inicio con una transformación  de  prácticas institucionales y por ello es indispensable un cambio de la mentalidad que rompa el estigma de la segregación. Las personas con discapacidad tienen la posibilidad de aprender en ambientes inclusivos y es misión de los docentes  hacer esto posible.

En segunda instancia se debe trabajar también en compañía de los ciudadanos para lograr  cambiar el imaginario de las personas con discapacidad y así mismo poder generar una voluntad política. En la medida en que la educación inclusiva sea observada como debería, se podría llegar a brindar una educación adecuada tanto para las personas con y sin discapacidad, no es imposible avanzar  en pro de estos  espacios inclusivos en las instituciones de educación superior y porque no,  en la sociedad.

REFERENCIAS

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